Las empresas que deseen desarrollarse y competir en el contexto actual, deberán tener en cuenta que el cambio es una constante y que es necesario contar con la suficiente flexibilidad y capacidad de adaptación para poder sobresalir, crecer y trascender, ya que de otro modo pondrán en riesgo su continuidad. Es por ello que la gestión de la empresa es el punto central en donde debemos detenernos.
Las PyMEs presentan desde su estructuración, las características ideales para desenvolverse en contextos cambiantes. Organizaciones pequeñas, por consiguiente la toma de decisión es muy ágil. Información del mercado, relevada por la fuerza de ventas, que llega rápidamente a los niveles directivos. Casi todo el personal conoce a los clientes (directa o indirectamente), atención personalizada, desarrollo permanente de pequeñas innovaciones.
Estos son algunos ejemplos que ilustran la potencialidad que tienen las PyMEs en un mercado donde, la disputa por los clientes es uno a uno. Sin embargo, estas características no resultan suficientes por sí mismas para asegurar la adaptación a una nueva situación.
Frente a movimientos en el mercado, en el país, en tu propia empresa, te verás obligado a rediseñar tu estrategia, adaptar tus políticas, elaborar nuevos planes de acción y tomar decisiones para ponerlos en marcha.
No importa el desafío que debas enfrentar. Sea que se trate del surgimiento de un nuevo competidor, el cambio de tu proveedor principal, el aumento de la importación de productos sustitutos, la desvinculación de una persona clave de la organización, cualquiera sea el cambio que debas llevar a cabo, implicará análisis, planificación, acción y evaluación de resultados.
Si la PyME logra combinar las ventajas competitivas que posee, con la capacidad de su organización para el análisis, la planificación, la acción y la evaluación, entonces podrá decir que ha establecido las condiciones necesarias y suficientes para proyectar su crecimiento. Notese que he dicho capacidad de análisis, planificación, acción y evaluación “de su organización”, lo cual significa la inclusión de su gente en todo el proceso de creación de valor.
Me podrán decir, “Adriana, esto es fácil de decir pero no de hacer” y en cierto modo estoy de acuerdo. Lo alentador es que ES POSIBLE, no fácil, pero alcanzable.
Para ello es necesario crear una visión compartida, definiendo con claridad ¿qué cambiar? (análisis), ¿a qué cambiar? (planificación) y ¿cómo cambiar? (acción y evaluación de resultados).
La posibilidad de responder estos tres interrogantes es lo que el Dr. Ely Goldratt denomina Proceso de Mejora Continua y resulta ser el método más apropiado que he experimentado para:
- Diseñar soluciones creativas, adecuadas a las posibilidades de la empresa
- Superar las capas de resistencia al cambio tanto internas como externas
- Alcanzar los objetivos de la empresa.
¡Intentalo!
Por la Lic. Adriana M. Steinhardt
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